Carmen G. de la Cueva, Mama, quiero ser feminista y Escritoras
«Tiro y tiro del hilo y, como dijo Carmen Martín Gaite, procuro acercarme a las vidas de las mujeres como por una ranura, de puntillas. Leer sus textos y escribir sobre ellas es algo crucial para mí porque me ayuda a entender de dónde venimos, de qué oscura y fragmentada genealogía procedemos»
💜 Carmen vino a cenar a casa. Reconozco que me puse un poco en modo fan. Hacía meses que tenía pendiente leer sus libros y cuando supe que vendría decidí que era el momento. Así que llegó y tenía ‘Mamá, quiero ser feminista’ en el escritorio, recién leído y a la espera de escribir este textito, y ‘Escritoras’ en la mesita de noche a medio leer. Los vio y nos reímos.
Ambos libros van de amistad, de mujeres amigas, de mujeres que se necesitan, que crecen juntas, que se alimentan. Nos ofrecen modelos que nos inspiran para enfrentarnos a la vida.
Beauvoir, Dickinson, Plath, Sexton o Woolf, Fortún, Laforet, Martín Gaite o Pardo Bazán: hay una cadena invisible que nos conecta al pasado y al presente y Carmen se afana por recorrerla, por abrir caminos, por hacernos ver que no estamos solas.
Lejárraga definió el feminismo como una búsqueda de la felicidad propia. Y creo que hay dos claves para ello: la exploración literaria de experiencias y sufrimientos, es decir, el poder de hablar honestamente del dolor para liberarse de él, y la conciencia de que formamos parte de algo más grande, de algo colectivo.
Carmen es maestra en ambas cosas y lo demuestra tanto en sus hermosos libros como en los potentes clubes de lectura que ofrece. Nuestra pequeña cena y su energía arrolladora me dejaron la cabeza bullendo de ideas y el pulso deseando escribir. ¿Qué más se puede pedir? 💜