Marta Jiménez Serrano, Los nombres propios

«Tienes que ser tú —¿no lo ves?— el centro en torno al que gire todo, el coche, la carretera, la ciudad, el mundo entero. El centro que genere el movimiento. Ser la peonza que un niño lanza para después retirarse y mirarla a una distancia prudencial dejándole el espacio que necesita para moverse disfrutándola sin intervenir. Girar es el único modo de no caerse. (…) Nada quieto tiene sentido alguno. Para seguir centrado hay que moverse. Para moverse hay que cambiar de idea.»
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🛝 Tirolina: ‘1. f. Sistema de cuerdas o cables tendidos en altura entre dos extremos, que mediante una polea y un arnés permite deslizarse por ellos usando la fuerza de la gravedad’ (DRAE).
¿Se puede saber lo que significa ‘tirolina’ solo leyendo lo que pone en el diccionario o habiendo visto una foto? No es lo mismo conocer el nombre ‘tirolina’ que saber lo que es tirarse por ella, sentir eso que sube del ombligo al pecho. Me monto en la tirolina y no sé si tengo 5, 15 o 35 años, tampoco sé si me podré seguir montando en ella a los 75.
‘Los nombres propios’ es una novela sobre la búsqueda de la identidad, sobre aprender muchas palabras, pero, sobre todo, saber qué significa cada nombre. Eso implica un proceso de buscar vocablos y renombrar las cosas, y paciencia —no hay atajos— para entender que hay palabras que solo se aprenden de verdad al vivirlas. Y algunos nombres al final se saben con todo el cuerpo.
El tiempo es secuencial pero el cuerpo tiene memoria, por eso al ser acariciadas, al saltar del trampolín al agua o al oler la yerbabuena estallan los límites temporales para hacernos conscientes de quién somos por mucho que el tiempo pase, o justamente porque el tiempo pasa.
Con una voz narrativa original, Marta Jiménez Serrano se cuela por los resquicios de la vida cotidiana y los llena de belleza y ternura, y en ese ímpetu por avanzar, por aprender a nombrar, por vivir los nombres, por conquistar el propio nombre y la propia identidad, sentimos que somos gracias a las personas que nos sostienen y nos acompañan y que también se van descubriendo a sí mismas a nuestro lado. 🛝