Rachel Yoder, Canina
«Si no podía formar parte del mundo en el que primaba la ambición, el dinero y la carrera profesional, entonces quería olvidarse de él por completo y volver al estado salvaje de sus sueños más profundos, de sus anhelos corporales»
🐕 En junio en #elclubdelatribu de @Carmengdelacueva hemos leído ‘Canina’, de Rachel Yoder.
Me acerco a los libros, sobre todo a los libros sobre maternidad, buscando respuestas a mi pregunta eterna: ¿quiero ser madre?
A la madre de ‘Canina’ los gritos de su hijo le despiertan llamaradas de rabia e ira. La renuncias y la soledad la hacen revolcarse por el aspecto más brutal de la maternidad: no pensar, gruñir, actuar, sobrevivir. Ser un animal. Una perra.
Con grandes dosis de humor, esta perra enfadada y exhausta se deja guiar por la histeria, el útero, las hormonas. No la lastran sino que la elevan, agudizan su ingenio, cuestionan su identidad, perfeccionan su pensamiento crítico, le demuestran que tiene razón, contra el sistema, contra el capitalismo, contra el patriarcado, contra la religión, contra los roles de género y la biología.
Ante este panorama, cualquiera diría que la respuesta a si queremos ser madres debería ser no. Pero, a la vez, pienso si el dolor de esa perra madre, si la locura puerperal, no es en realidad el dolor de ser mujer llevado al límite, el anhelo acentuado, el ansia de poder y creación, la locura que muchas mujeres sentimos a veces, el pozo del que hablaba Ginzburg.
Quizá muchas podemos convertirnos en perras, pero solo las madres tienen cachorros que las adoran tal y como son y que se ponen a cuatro patas y ladran, guau guau, si las oyen aullar. 🐕