Joan Didion, El año del pensamiento mágico

Joan Didion, <i>El año del pensamiento mágico</i>

«Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba. En un abrir y cerrar de ojos. O en unos ojos que ya no se abren.»

#JoanDidion #Elañodelpensamientomágico @randomhouse_es #TheYearofMagicalThinking #JavierCalvo (trad.)

Hace unos días tuve que ir al tanatorio a dar un abrazo a una amiga. Era el tanatorio del cementerio donde descansan mi tío y mi abuelo, así que quería aprovechar para visitar su tumba y pensar un rato en ellos, en la vida y en mí. Siempre encuentro paz ahí. Pero cuando empujé la verja de metal me di cuenta de que el cementerio estaba cerrado y no pude entrar. Anduve hasta la parada del bus, faltaban 18 minutos para que llegara, me senté a esperar y saqué del bolso ‘El año del pensamiento mágico’. Y entonces vi que había una rosa blanca en el suelo, junto a mis pies. Sentí con certeza que mi abuelo y mi tío la habían hecho llegar hasta ahí para que yo la viera. Creo que este es el pensamiento mágico del que habla este libro.

Joan Didion enviudó de golpe un día a la hora de la cena. Su mente racional sabía lo que había sucedido, pero la mente racional no sirve ante la muerte: el cerebro se niega a aceptar la información nueva, el nuevo dato, porque la ausencia interminable, el vacío, es lo contrario del sentido.

La vida tras la muerte del otro se vive por medio de símbolos, sin coherencia, y se encuentra significado en los lugares más extraños. En este libro Didion radiografía ese año en el que fue incapaz de pensar racionalmente, como si los deseos tuvieran el poder de dar la vuelta a la narración y cambiar los resultados. Obviamente ella no creía en la resurrección, pero sí creía que si se daban las circunstancias adecuadas su marido volvería.

El dolor es algo que te pasa, y el duelo es el acto de lidiar con ese dolor, requiere atención. Esto nos cuenta Didion, y nosotras solo podemos escucharla, concentradas, y tenderle la mano, a la que se agarra, porque sabe que contar y escribir es la manera de volver a ser ella. Hay un precepto básico de la física según el cual resulta imposible ir hacia atrás en el tiempo: los muertos no pueden resucitar, y mientras estás vivo tienes que adaptarte a los cambios del oleaje para poder seguir nadando.

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Sobre Sonia de Luis

Me gradué en Filología Hispánica y he cursado algunos másteres y posgrados relacionados con la comunicación, la edición y el asesoramiento lingüístico. Trabajo como correctora, traductora y asesora lingüística desde hace más de diez años. He investigado sobre la despatriarcalización del discurso político. Leo y reseño en @noterminesloslibros.

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