Simone Weil, El deseo

«El deseo es un impulso del pensamiento hacia el futuro. Un futuro que no encierra nada deseable es imposible»

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🌹 Estoy deseando mucho. Se me acelera la mente y la imaginación se me lleva, el cuerpo la sigue. El cuerpo está vivo. Sé que cuando deseo mi deseo habla solo de mí, no de lo que deseo.

Dice Simone Weil que el deseo abre paso a la imaginación, a la salida de una misma: nace de nosotras para proyectar nuestro yo hacia afuera y vincularnos a algo externo. Es un ejercicio de libertad y ligereza que nos acerca a lo desconocido y, a la vez, al autoconocimiento.

El deseo también puede ser malo y engañoso, es difícil regular la intensidad que ponemos en él, y en sus límites encontramos el miedo y el apego. También nos vuelve vulnerables, pero la vulnerabilidad es una hermosa señal de existencia. Hay quien dice que no hay que desear, que hay que entregarse al vacío, pero a veces queremos algo más que existir.

El satori se da cuando la búsqueda y lo buscado se funden en identificación perfecta, es la conveniencia entre la sed y el agua. Mientras no lo alcance, voy a aprovechar este deseo que tira de mí porque, en realidad, lo que nos completa no es la satisfacción ni lo satisfecho, sino la energía y el camino de ir de un lado a otro en busca de qué, no lo sé, ¿lo absoluto? 🌹